DISPATCHES by Peter Howarth: Jake Chessum

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"Me gusta buscar formas para seguir sorprendiéndome, sabiendo que los años de experiencia te brindan la seguridad que permite arriesgar."

Jake Chessum estudió diseño gráfico en la legendaria London Art School of Central Saint Martins, en la igualmente legendaria década de los ochenta, en Londres. Pero pronto se dio cuenta de que su verdadera pasión no era el diseño gráfico sino la fotografía. Su especialización es el retrato, y sus imágenes tienen una honestidad y una inmediatez que remiten a una relación a menudo relajada e íntima con los modelos, que se hace aún más notable por el hecho de que la mayoría de sus sujetos son famosos.

Me cuenta sobre una de sus fotografías favoritas, que encarna la forma en que le encanta trabajar. Es una fotografía de Heath Ledger tomada en la esquina de una calle en Calgary mientras el actor rodaba Brokeback Mountain en 2004.

"Tuve que coger un vuelo a LA y después a Canadá, y luego otro pequeño avión de hélice para llegar a un aeropuerto remoto en medio de la nada. Hicimos la sesión de fotos de noche, en el set de un parque de atracciones, y el día siguiente Heath descansaba. Así que fui a su hotel, llamé a la puerta, y nos fuimos a dar una vuelta juntos durante unas horas - él, yo y su moto. Acababa de tener un bebé, así que hablamos de ser padres y estar lejos de casa y de que aquella era una situación bastante extrema para él. Fue durante el tiempo que pasamos juntos que hice la fotografía."

"La importancia de esa tarde para mí radica en haber creado una imagen que pueda resistir el paso del tiempo."

Las historias que Chessum cuenta sobre captar imágenes en Nueva York, están repletas de todos aquellos detalles narrativos que la Gran Manzana sabe ofrecer generosamente. Como cuando se le encargó la sesión de fotos de los The Strokes en la azotea del Chelsea Hotel.

"Si querías tomar fotos en el Hotel Chelsea, tenías que tratar con Stanley, el dueño. Realmente era un personaje. Organicé encontrarme allí con la banda y Stanley dijo que nadie podía tomar fotos en la azotea porque allí había residentes privados. “¿Y si pagamos?”- le pregunté – y él contestó: “$800”. Así que literalmente tuve que retirar $ 800 de un cajero automático. Se los di y él nos dio las llaves diciendo que se iba a ir el fin de semana. Nos dejó allí arriba, con Manhattan debajo de nosotros, y capturé las imágenes de la banda justo después del lanzamiento de su primer álbum. Todavía me gustan esas fotos - verdaderos rockeros en el hotel más rock 'n' roll del mundo."